Tipos de estrategias de inversión

Las estrategias de inversión son los planes o las acciones que los inversores siguen para alcanzar sus objetivos financieros, teniendo en cuenta su perfil de riesgo, su horizonte temporal y su nivel de conocimiento. 

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¿Qué son las estrategias de inversión y para qué sirven?

Las estrategias de inversión son el conjunto de criterios, reglas y técnicas que los inversores aplican para seleccionar, comprar, vender y gestionar sus activos financieros, como acciones, bonos, fondos, etc. 

Las estrategias de inversión sirven para:

• Definir los objetivos de la inversión, como obtener una rentabilidad determinada, generar ingresos pasivos, preservar el capital, etc.
• Determinar el nivel de riesgo que se está dispuesto a asumir, en función de la tolerancia, la capacidad y la aversión al riesgo de cada inversor.
• Establecer el plazo de la inversión, que puede ser a corto, medio o largo plazo, según el tiempo que se quiera mantener la inversión.
• Elegir los activos financieros que se van a invertir, según el tipo de rentabilidad, el grado de liquidez, la diversificación, etc.
• Aplicar los métodos de análisis, que pueden ser fundamental, técnico, cuantitativo, etc., para evaluar el valor y el potencial de los activos financieros.
• Seguir los principios de gestión, que pueden ser de control, de seguimiento, de revisión, etc., para optimizar el rendimiento y el riesgo de la inversión.

¿Qué tipos de estrategias de inversión existen?

Se pueden clasificar según diferentes criterios, como el tipo de rentabilidad, el grado de intervención, el estilo de inversión, etc. 

A continuación, veremos algunos de los tipos más comunes:

Según el tipo de rentabilidad

Se pueden distinguir entre estrategias de inversión de renta fija y de renta variable. 

Las estrategias de inversión de renta fija son aquellas que buscan obtener una rentabilidad predeterminada y constante, independientemente del comportamiento del mercado. Algunos ejemplos son los bonos, las letras, los depósitos, etc. 

Las estrategias de inversión de renta variable son aquellas que buscan obtener una rentabilidad variable y dependiente del comportamiento del mercado. Algunos ejemplos son las acciones, los fondos, los ETFs, etc.

Según el grado de intervención

Se pueden distinguir entre estrategias de inversión activa y pasiva. 

Las estrategias de inversión activa son aquellas que implican una selección y una gestión continua de los activos financieros, con el objetivo de superar al mercado o a un índice de referencia. Algunos ejemplos son el value investing, el growth investing, el trading, etc. 

Las estrategias de inversión pasiva son aquellas que implican una réplica o una seguimiento de un mercado o de un índice de referencia, sin intentar superarlo ni anticiparse a sus movimientos. Algunos ejemplos son los fondos indexados, los ETFs, los robo-advisors, etc.

Según el estilo de inversión

Se pueden distinguir entre estrategias de inversión top-down y bottom-up. 

Las estrategias de inversión top-down son aquellas que parten de un análisis macroeconómico y sectorial, para luego seleccionar los activos financieros más adecuados. Algunos ejemplos son la inversión temática, la inversión geográfica, la inversión por sectores, etc. 

Las estrategias de inversión bottom-up son aquellas que parten de un análisis microeconómico y financiero, para luego seleccionar los activos financieros más atractivos. Algunos ejemplos son la inversión en valor, la inversión en crecimiento, la inversión en dividendos, etc.

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¿Qué otras estrategias de inversión existen?

Además de las estrategias de inversión que hemos visto, existen otras que también son muy interesantes y que pueden complementar o diversificar tu cartera. 

Estas estrategias son:

Inversión en índices

Es una estrategia de inversión pasiva que consiste en replicar el comportamiento de un índice bursátil, como el S&P 500, el IPC, el IBEX 35, etc. 

Esta estrategia tiene la ventaja de tener un bajo coste, una alta diversificación y una alta transparencia, pero también la desventaja de tener una menor rentabilidad potencial, un mayor riesgo sistémico y una menor flexibilidad. 

Para aplicar, se pueden utilizar productos financieros como los fondos indexados o los ETFs.

Inversión en temática

Es una estrategia de inversión activa que consiste en elegir y comprar acciones de empresas que se dedican a un sector, una industria, una tendencia o una problemática específica, como la tecnología, la salud, el medio ambiente, la educación, etc. 

Esta estrategia tiene la ventaja de tener una mayor rentabilidad potencial, una menor exposición al mercado y una mayor personalización, pero también la desventaja de tener un mayor coste, una menor diversificación y una menor transparencia. 

Para aplicar, se pueden utilizar productos financieros como los fondos temáticos o los ETFs temáticos.

¿Cómo elegir la estrategia de inversión más adecuada para ti?

Para elegir la estrategia de inversión más adecuada para ti, debes tener en cuenta varios aspectos, como los siguientes:

• Define tu perfil de inversor: debes conocer tu nivel de ingresos, tus objetivos, tu plazo, tu tolerancia al riesgo y tus preferencias. Esto te ayudará a elegir la estrategia que más se adapte a ti, ya sea de renta fija, de renta variable, activa, pasiva, top-down, bottom-up, etc.
• Busca información sobre las estrategias disponibles: puedes consultar las páginas web, los blogs, los podcasts, los libros o los cursos sobre inversión, para aprender más sobre las diferentes estrategias, sus ventajas, sus desventajas, sus requisitos, sus resultados, etc.
• Compara las estrategias entre sí: puedes utilizar herramientas como simuladores, calculadoras, gráficos o tablas, para comparar las estrategias entre sí, en términos de rentabilidad, riesgo, coste, diversificación, etc.
• Elige la estrategia que te convenza: una vez que hayas definido, buscado y comparado las estrategias, debes elegir la que te convenza más, en función de tu perfil, tus objetivos, tu plazo y tu nivel de riesgo. Debes ser coherente, consistente y disciplinado con tu elección, y no dejarte llevar por las emociones, las modas o las opiniones ajenas.

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